jueves, 21 de agosto de 2014

Hermana Bernarda

Un asado a punto

Hermana Bernarda

Esta cocinera es una de mis ancianas preferidas. Labura en el canal de cable El Gourmet, donde conduce "Dulces tentaciones", su exitoso programa dedicado al arte culinario.

Rechaza la fama y el reconocimiento que su trabajo en televisión le han traído. Hace un tiempo concedió una entrevista a La Nación en la que declaró: "La fama no me interesa ni me hace bien. Yo no tengo vanidad, no me gusta que me digan cosas lindas ni que me aplaudan, que quieran un autógrafo ni nada de eso ¡Por Dios! Mi trabajo, que me gusta mucho, es una forma de evangelización. San Pablo dijo que todos han recibido un don gratuitamente, para que ese don sea aplicado a la vida también gratuitamente. A mí no me cuesta estar frente a una cámara, hago como si no existiera. Son años de dar clases, así que siento que es más de lo mismo. Mi vida no ha cambiado absolutamente nada".

Sí sí, un verdadero canto a la humildad: ¡EJEMPLAR!

Su acento denota que tiene encima toda la cultura que sus padres le inculcaron, la alemana.

Pasa sus días en una casa de retiro en Quilmes, no sale de ahí para nada. Todos los programas de la temporada los graba en dos días. Sí sí, leyeron bien, se clava todas las emisiones del año en dos días ¡HERMANA, CONVIDE DE ESO CON LO QUE SE DA!
¿Qué significa la cocina para usted?

Hermana Bernarda: -La cocina es una forma de evangelización. Por ejemplo: si una persona convoca para hablar de Dios quizá no vaya tanta gente. Pero hace un tiempo cociné en un colegio para recaudar fondos y se llenó. Hoy, una madre que ve a su hijo llegar del colegio sin dialogar puede decirle: Sentate, preparé algo rico para vos, y ahí empieza una charla. Cocinar es un acto de amor, hay que transformarlo en algo espiritual, de lo contrario no tiene sentido. 

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